TRADUCIDO POR IAM VARGAS PEREIRA. ARTÍCULO ORIGINAL AQUÍ.
¿Están las personas gays en su iglesia prosperando según la sabiduría de Dios? Chequea esta
lista de 5 desafíos comunes que enfrentan las iglesias y 5 estrategias probadas para
convertirse en Iglesias donde la gente LGB pueda prosperar conforme a una ética sexual
tradicional.
#1 Administración sexual para todos los cristianos
Desafío: Muchas iglesias aplican inconsistentemente la sabiduría bíblica sobre la administración sexual. Estas iglesias dirigen a los cristianos heterosexuales a asumir que se van a casar, les enseñan que necesitan compañía romántica para ser felices e ignoran lo que la Biblia enseña sobre la soltería vocacional y el divorcio. Esto lleva a una tasa alta de divorcios y un vacío teológico y práctico en la soltería vocacional entre los cristianos heterosexuales. Estas iglesias llaman a los cristianos gays a un estándar más alto de administración sexual, permitiendo que los cristianos heterosexuales hagan un mal uso del matrimonio para su realización romántica, mientras que solo piden a los cristianos gays que consideren la soltería vocacional. Este estándar es hipócrita y estas iglesias pierden toda credibilidad para pedir que los cristianos gays vivan de acuerdo a la sabiduría bíblica.
Estrategia: En cambio, las iglesias deben invitar a todos los cristianos a pensar teológicamente sobre su administración sexual. Deben enseñar que, primeramente, Dios nos llama a un período temporal de soltería, en el que debemos discernir si el Señor nos está llamando a una soltería vocacional de por vida en beneficio de su reino, o a la vocación de matrimonio cristiano de por vida con alguien del sexo opuesto.
#2 Enseñanza pública sobre temas LGBT+
Desafío: Muchas iglesias evitan hablar sobre el amor de Dios por los homosexuales, lo que causa que el creyente promedio no sepa cómo tener conversaciones compasivas y teológicamente precisas con sus amigos. Como resultado, las personas gays no saben si están a salvo al compartir sus historias con los cristianos. Las iglesias que se rehúsan a hablar del amor de Dios por los homosexuales hieren a los cristianos que luchan con atracción hacia el mismo sexo (gay). Además, al no sentirse seguros de compartir sus historias, sus habilidades para prosperar como cristianos en la iglesia están limitadas.
Estrategia: En cambio, las iglesias deben hablar públicamente sobre las cuestiones culturales en la intersección de la fe y la sexualidad. Con compasión y precisión teológica, las iglesias se pueden hacer las siguientes preguntas: ¿Se puede cambiar la atracción hacia el mismo sexo? ¿Qué papel jugó Dios y por qué? ¿En qué sentido es buena la invitación de Dios para los homosexuales? Como resultado, todas las personas en la iglesia sabrían cómo amar bien a la gente gay y reflejar el amor de Cristo en conversaciones sobre la sexualidad. Además, las personas gays en la iglesia que no hayan salido del clóset se sentirán a salvo al estar en una iglesia que les dice que es un lugar seguro para contar sus historias y que no deben luchar solos.
#3 Educando para prevenir daños
Desafío: Muchas iglesias esperan hasta que un niño/a salga del clóset para abordar el tema de la homosexualidad. Esto es un problema grave. En promedio, los adolescentes esperan 5 años después de haberse percatado de su atracción hacia el mismo sexo para hablar con un padre o un pastor. Durante esos 5 años, muchos adolescentes desarrollan vergüenza, depresión, tendencias suicidas, adoptan una ética sexual progresiva, etc.
Estrategia: Las iglesias necesitan hablar sobre la posibilidad de la atracción hacia el mismo sexo de manera apropiada para cada edad a lo largo de su crecimiento. Antes de que los adolescentes experimenten atracción hacia el mismo sexo, deben entender que las personas gay no escogen quiénes les atraen, que no tienen de qué avergonzarse, que no intentaremos cambiarlos, que no los amamos menos y que Dios tiene planes buenos y hermosos para ellos. Así, cuando se percaten de su atracción hacia el mismo sexo, rápidamente lo compartirán con sus padres y pastores, invitándoles a ayudarlos a cómo administrar su sexualidad de manera responsable.
#4 Cuidado pastoral para los homosexuales
Desafío: La primera reacción de muchos padres y pastores cuando sus adolescentes les cuentan sobre sus atracciones es enviarlos a un terapeuta o a otros ministerios fuera de la iglesia para que los “arreglen”. Los padres y pastores no saben cómo ministrar bien a las personas gay, por lo que tercerizan el cuidado. La vergüenza y soledad que experimentan los homosexuales se amplifican porque sus luchas son tratadas como problemas raros que necesitan tratamiento especial.
Estrategia: En cambio, las iglesias deberían proveer cuidado pastoral efectivo para las personas gay. Las iglesias necesitan hacer lo que sea necesario para estar cualificadas para brindar el cuidado pastoral que los cristianos gay necesitan. Aunque los consejeros clínicos puedan ser necesarios para tratar los niveles clínicos de ansiedad o depresión en estos individuos, estas iglesias deben reconocer que la atracción hacia el mismo sexo no es una enfermedad mental que tiene que ser curada. Los padres y pastores deben ayudar a las personas gay a incorporar su fe y su sexualidad de maneras que los ayuden a prosperar en esta vida y en su relación con Dios y otras personas.
#5 Prosperando en la soltería y en el matrimonio
Desafío: Muchas iglesias pueden tener creencias correctas sobre la ética sexual, pero los caminos para la administración sexual que ofrecen son inviables. Son lugares donde pocos prosperan en la soltería vocacional o en las complejidades del matrimonio con alguien del sexo opuesto. En respuesta a las formas en que muchos han abusado del matrimonio de orientación mixta, el péndulo ha oscilado en la dirección opuesta y muchas iglesias enseñan que la soltería vocacional es la única opción para los cristianos gay. Pero estas iglesias nunca enseñan sobre la soltería de por vida, no hay modelos en su iglesia para hacerlo bien y no invitan a las personas heterosexuales a considerar la soltería vocacional. Surge la pregunta: si no ofrecemos la soltería vocacional a las personas heterosexuales, ¿realmente
creemos que es bueno?
Estrategia: En cambio, las iglesias deben convertirse en lugares donde las personas homosexuales puedan prosperar en la soltería vocacional o en el matrimonio cristiano con alguien del sexo opuesto con un esfuerzo razonable. Estas iglesias deben enseñar sobre la teología de la soltería vocacional en las Escrituras, los adultos deben ser modelos de cómo prosperar en la soltería vocacional y ser celebrados en la iglesia, y la iglesia debe invitar a todas las personas, homosexuales o heterosexuales, a discernir si Dios las está llamando a la soltería vocacional o al matrimonio. Lo más importante es que estas iglesias deben ser lugares donde las personas célibes puedan encontrar la misma profundidad de familia que
encuentran las personas casadas, ya sea a través de comunidades cristianas intencionales o viviendo con una pareja casada. Luego, estas iglesias deben enseñar sobre la posibilidad de matrimonios de orientación mixta para las personas homosexuales, advirtiendo contra el riesgo de entrar en ellos de manera imprudente y resaltando la belleza y la fragilidad de sus historias reales.
