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Diez Preguntas Más Frecuentes

Traducido por Angela Martinez. Artículo original aquí.

Muchos líderes cristianos al llegar a Equip, se preguntan cómo hacer de sus iglesias lugares donde las personas homosexuales puedan crecer y sentirse fortalecidos, de acuerdo con una ética sexual conservadora. Es por ello que el director ejecutivo de Equip, Pieter Valk, responde a las diez preguntas más frecuentes que nos hacen. Las preguntas no están en ningún orden en particular.


1. ¿Cómo podemos compartir de manera atractiva, principios sobre mayordomía sexual -para cualquier persona- desde la sabiduría de Dios?

Dios nos creó para vivir en familia y para que establezcamos relaciones de afecto con nuestros pares viviendo en un contexto familiar. Él nos ha hecho a Su imagen para esas mismas cosas, y como nos hizo, sabe lo que es mejor para nosotros y nos lo ha revelado a través de la Biblia y la Iglesia. Nos ha dicho que hay dos caminos o maneras para disfrutar de esta intimidad en el contexto de la familia: la soltería para el Señor o el matrimonio cristiano. Y ha sido bastante específico acerca de cómo hacerlo.

La soltería para el Señor es renunciar al romance, el matrimonio, el sexo y los hijos para usar el tiempo y la energía que hubieras usado criando a los hijos, para sanar a nuestras comunidades. El matrimonio cristiano es una unión de por vida entre un hombre y una mujer cristianos abiertos a criar hijos. Ambos son llamados a disfrutar de la familia en el cuerpo de Cristo. Ambos tratan de encarnar el evangelio, pero de diferentes maneras.

Mejor aún, aunque la soltería para el Señor y el matrimonio cristiano son igualmente buenos y hermosos, Dios sabe cuál será mejor para cada uno de nosotros. Él quiere que busquemos Su preferencia, que le ofrezcamos abiertamente ambas posibilidades y luego busquemos el camino que Él quiere darnos. ¿Por qué Dios lo hizo de esta manera? No lo sé. Pero estoy convencido de que este Dios existe, que Él sabe lo que es mejor para mí y que Él nos ha revelado lo mejor a través de la Biblia y la Iglesia. Estos dos caminos conducirán a la intimidad más real, al significado más profundo, a la familia más dadora de vida y al propósito más satisfactorio. Si queremos lo mejor, mucho más de lo que el mundo puede ofrecer, y confiamos en Dios, debemos tomar decisiones sobre nuestra mayordomía sexual basándonos en la sabiduría de Dios.

Una nota para los líderes cristianos: ¿Qué notan? No mencioné en esta respuesta a las personas homosexuales, al sexo homosexual o al matrimonio homosexual, pero brindé toda la información que una persona necesitaría, para discernir mis creencias sobre el sexo fuera del matrimonio, el matrimonio cristiano, el matrimonio homosexual, el divorcio, etc.

2. ¿Cómo podemos invitar a los cristianos que luchan con la homosexualidad y no están seguros acerca de la ética sexual histórica a seguir los mandamientos de Dios con respecto a este tema?

Primero tenemos que reconocer el desafío. Muchos cristianos en el pasado y aún ahora en muchos contextos, han hecho un trabajo deficiente al hablar de la sabiduría de Dios, y mucho peor aún, siendo incongruentes al cumplir sus promesas. Muchos crecieron escuchando que los homosexuales eran malos, sucios y repugnantes. Escucharon que los homosexuales se van al infierno simplemente por quién los atrae. Escucharon que el sexo gay es comparado con el bestialismo o la pedofilia. Las personas homosexuales son expulsadas de sus hogares, golpeadas y asesinadas. Como resultado, los adolescentes homosexuales tienen cinco veces más probabilidades de intentar suicidarse que sus compañeros heterosexuales.

Además de eso, nuestras iglesias esperan que las personas homosexuales cumplan al pie de la letra los principios de mayordomía sexual que nos da la Biblia, pero se hacen de la vista gorda cuando las personas heterosexuales se saltan o rompen las reglas. En la mayoría de nuestras iglesias nunca hablan sobre sexualidad, dejando que las personas heterosexuales hablen de los homosexuales de manera problemática y dejando a los homosexuales preguntarse si sus iglesias son seguras. Nuestras iglesias no enseñan a los padres cómo hablar con sus hijos sobre sexualidad, por lo que los adolescentes homosexuales esperan en promedio cinco años para compartir con un padre o un pastor, y en esos cinco años tratan de darle sentido a su sexualidad sin padres ni pastores. Cuando estos adolescentes se reúnen con un pastor para pedir ayuda, se les envía a un terapeuta que cree que puede hacer que las personas homosexuales se vuelvan heterosexuales. Y ninguna de nuestras iglesias es un lugar donde las personas homosexuales puedan realmente crecer en El Señor -con mucho esfuerzo- o eligiendo la soltería en el Señor, o en las complejidades de un matrimonio cristiano con alguien del sexo opuesto. Para decirlo con franqueza, ninguna de nuestras iglesias es un lugar donde las personas homosexuales puedan prosperar de acuerdo con las enseñanzas de Dios.

A primera vista, tendría sentido la razón por la cual muchas personas tienden a rechazar una ética sexual histórica. Esta no parecería justa. No ha tenido grandes resultados. Pero también hay malos resultados por rechazar las enseñanzas de Dios. Muchos cristianos homosexuales que conozco que adoptaron una ética sexual revisionista, perdieron su fe en un par de años. No les deseo esto. Deseo que cada persona gay tenga un encuentro vivificante con Cristo, independientemente de sus creencias y acciones. Pero siempre he visto que adoptar una ética sexual revisionista a menudo conduce a una pérdida de fe. No porque Dios los esté castigando de alguna manera, sino porque uno debe torcer la Biblia o desecharla por completo para creer en una ética sexual revisionista. Una vez que creamos que la Biblia y la Iglesia no pueden decirnos quién es Dios, ¿cuál es la probabilidad de que el Dios que queremos que exista sea real?

Incluso si muchos cristianos hicieron un trabajo realmente pobre al amar a las personas homosexuales, eso no hace que la sabiduría de Dios sobre nuestras sexualidades sea menos cierta. Si existe un Dios, si ese Dios se nos ha revelado a través de la Biblia y la Iglesia, y si ese Dios sabe lo que es mejor para nosotros, entonces la ética sexual histórica dada por Dios es verdadera. Y si algo es verdad debería ser bueno y hermoso pero no lo es ahora ¿Por qué? No es porque los cristianos homosexuales que deciden vivir de acuerdo a la ética histórica no se esfuercen lo suficiente. Son algunas de las personas más fieles de nuestras iglesias.

Más bien, es porque la Iglesia está haciendo un mal trabajo al encarnar esa verdad. Las iglesias tienen que hacer todo lo posible y necesario para ser lugares donde las personas homosexuales realmente puedan adherirse y crecer de acuerdo con la ética sexual histórica. Hasta entonces, hasta que una ética sexual histórica no solo sea verdadera sino que sea buena y hermosa en la experiencia, es probable que se necesite una obra milagrosa del Espíritu Santo o una experiencia dolorosa y fundamental en la vida de una persona gay, que pueda convencerla de que siga esta ética sexual histórica.

Así que por ahora, enfoquémonos en Jesús.

Podrías decir algo como esto:

“Concéntrate en Jesús, porque Dios entiende tu dolor, la hipocresía de la Iglesia, mucho mejor que yo. Por último, Jesús sufrió más dolor que cualquier otro ser humano, y su sufrimiento -a manos de las élites religiosas- fue más injusto que lo que cualquier otra persona haya experimentado. Jesús entiende. Él quiere guiarte con amor, amor firme a veces, pero amor, porque Jesús lo entiende. Él es paciente, y yo trataré de ser paciente también. No importa lo que creas o en qué tipo de relación estés, continuaré reuniéndome contigo si lo deseas, oraré contigo y por ti, te haré preguntas, y compartiré contigo lo que entiendo acerca de Jesús recordándote que Dios te ama y quiere que tengas una vida de plenitud en Él.

“Mientras tanto, te animo a que administres tu sexualidad de acuerdo con una ética sexual histórica, incluso si no estás convencido de ello, porque aunque será un camino difícil, estoy convencido de que los otros caminos serán aún más dolorosos e insatisfactorios. Pero entiendo completamente si eliges algo diferente. Independientemente de eso, ¿puedo animarte a que te apoyes en una amistad íntima con otras personas de nuestra iglesia? Incluso si ahora mismo tienes una relación, ¿puedo alentarte a que dejes que estas amistades te brinden algo de la compañía que necesitas? ¿Puedo desafiarte a que te arriesgues pidiéndoles lo que necesitas? Y cuando estas amistades te brinden lo que necesitas, ¿puedo invitarte a que los veas como la respuesta de Dios brindándote la compañía que necesitas a través del cuerpo de Cristo?”.

3. ¿Cómo responder cuando alguien sale del closet conmigo?

Responda con honestidad de que esta información nueva, particularmente aquella que forma parte importante en la vida de una persona, nos da una perspectiva distinta de él/ella, sin embargo dígale que ahora la conocemos de una manera más completa y no la vemos como alguien inferior. También puede responder honrando el coraje de esta persona por compartir su historia.

4. ¿Las personas eligen ser homosexuales o nacen homosexuales?

Quiero ser claro desde el principio: nunca elegí experimentar atracción por el mismo sexo, y aquellos de ustedes que son heterosexuales nunca eligieron experimentar atracción por el sexo opuesto. Las personas no eligen su orientación sexual. Ahora a la segunda pregunta: ¿Las personas nacen homosexuales? Antes de continuar, reflexionemos sobre por qué esta pregunta es tan importante. Comúnmente, si supiéramos que las personas nacieron homosexuales, muchos asumirían que Dios quiso que las personas fueran homosexuales. Y si Dios tuvo la intención de que las personas fueran homosexuales, entonces debería apoyar a esas personas que siguen sus deseos dados por Dios a tener relaciones monógamas con personas del sexo opuesto. Entonces, ¿las personas nacen homosexuales?

Un estudio científico de gemelos donde el gemelo es gay, lesbiana o bisexual, encontró que el 52% de los gemelos varones eran ambos gay¹. Sin embargo, a medida que se replicó el estudio, ese número osciló con el tiempo del 4 %² al 65,8 %³ y luego bajó al 11%⁴ y al 7,7%⁵. Si el desarrollo de la atracción por personas del mismo sexo estuviera determinado genéticamente, este número sería del 100%, por lo que los hallazgos sugieren que la atracción por personas del mismo sexo no está determinada genéticamente, sino que puede estar genéticamente predispuesta, ya que la frecuencia de atracción hacia personas del mismo sexo es mayor entre gemelos donde un gemelo experimenta atracción por el mismo sexo que entre la población general. Los científicos también han estudiado los niveles hormonales en el útero en un intento de descubrir una relación entre los niveles hormonales irregulares y la atracción por personas del mismo sexo, pero esos estudios tampoco han sido concluyentes. El consenso de los científicos de todo el espectro es que tanto los factores genéticos/biológicos como los ambientales contribuyen al desarrollo de la atracción hacia personas del mismo sexo. Como resultado, concluiríamos que nadie nace gay: la evidencia científica no respalda la afirmación de que la orientación sexual está determinada genéticamente.

Pero incluso si nos convenciéramos de que la orientación sexual está determinada genéticamente, si alguna avalancha de nuevas investigaciones superara los resultados consistentes de décadas de investigación sobre el desarrollo de la orientación sexual, incluso si ese fuera el caso, esto no significaría que Dios tenía la intención de que las personas fueran homosexuales. Saber cuál fue la intención de Dios no es una cuestión científica, sino teológica. La ciencia no puede responder a la pregunta de las intenciones de Dios, porque ninguno de nosotros es como Dios quiso que fuéramos inicialmente. Ninguno de nosotros nace como Dios primero imaginó que fuéramos: todos estamos corrompidos a nivel genético antes del nacimiento, formados dentro de un mundo caído desde el útero y rápidamente heridos por el mundo roto en el que nacemos. Ninguno de nosotros es como Dios nos hizo ser.

Entonces, ¿nacemos homosexuales o elegimos ser homosexuales? yo digo que ninguna de las dos afirmaciones. Más exactamente, nadie nace homosexual (determinado genéticamente para experimentar atracción por el mismo sexo) ni nadie elige ser homosexual (eligiendo experimentar atracción por el mismo sexo).

 

5. ¿Dios me hizo Homosexual?

Puedes preguntarte: ¿Dios hace personas homosexuales? ¿Entrega Dios a las personas a una “mente depravada” de atracción hacia personas del mismo sexo como resultado de la inmoralidad sexual y la idolatría? ¿Permite Dios que se desarrolle la atracción hacia personas del mismo sexo? ¿O Dios no intervino en nada, en el desarrollo de la atracción hacia personas del mismo sexo?

Romanos 1 nos enseña que los deseos sexuales entre personas del mismo sexo no son naturales, que están rotos y son contrarios a las primeras intenciones de Dios. Dios no tiene la intención de que nadie experimente atracción por personas del mismo sexo o participe en relaciones románticas o sexuales entre personas del mismo sexo. Experimentar atracción por personas del mismo sexo (encontrar a otros chicos físicamente atractivos y desear tener relaciones románticas con ellos, ser homosexual) es el resultado de la Caída. Cuando Adán y Eva eligieron desobedecer a Dios, su pecado condujo a un efecto dominó de quebrantamiento. La introducción del pecado torció todas las formas en que Dios había diseñado y ordenado perfectamente este mundo: hasta el punto de que este mundo que nos rodea, las personas que nos rodean e incluso nosotros mismos no somos como Dios quería que fuéramos al principio.

No creo que cuando Dios me imaginó por primera vez naciendo en un mundo perfecto, esperaba que experimentara atracción por personas del mismo sexo. Pero debido a que nací en un mundo quebrantado, una de las formas en las que me afectó este quebrantamiento es que gané estas atracciones. Sin embargo, ser gay (experimentar atracción por personas del mismo sexo) no es un pecado. Es un quebrantamiento, una tentación de pecar, pero Dios no tiene mis atracciones en mi contra. Dios no envía a la gente al infierno simplemente porque los niños se sienten atraídos por los niños o las niñas se sienten atraídas por las niñas.

Tampoco elegimos por quién nos sentimos atraídos, pero claramente somos homosexuales, así que, al menos, Dios lo permitió. Entonces, si esas no son ni las intenciones ni el rompimiento de Dios, pero que Dios permitió y no es Su voluntad cambiarlo para la gran mayoría de las personas, ¿cómo es eso justo? En términos más generales, ¿por qué Dios permite que le sucedan cosas dolorosas a personas inocentes? Para preservar nuestra capacidad de elegir, Dios se abstiene de protegernos de las consecuencias de nuestras decisiones y de las decisiones de los demás. ¿Hubiera preferido Dios bloquear las consecuencias de esos pecados de otros y protegerme del dolor que me ha causado este quebrantamiento? ¡Sí! Pero preservar nuestra capacidad de tener verdadera elección y la capacidad de la humanidad de tener verdadera elección es aún más importante para Dios, porque significa que puede existir un amor mutuo y nuestra elección de amor por Dios realmente significa algo. Él permitió que las consecuencias de los pecados de los demás permanecieran, Él me permitió desarrollar atracción hacia el mismo sexo.

Puede que muchos no encuentren satisfactoria esta explicación, pero en última instancia me consuela la promesa de Dios en Romanos 8:28. Dios ha sido fiel en redimir mi duradera atracción por el mismo sexo. Mi fidelidad ha glorificado a Dios, y seguir Su sabiduría me ha llevado a una intimidad más real, un significado más profundo, una familia que da vida y un propósito más satisfactorio.

 

6. ¿Tú intentarás que me vuelva heterosexual?

Las Escrituras no prometen un alivio permanente de ninguna tentación en esta vida. Además, investigaciones de alta calidad demuestran que el 96% de las personas que participaron en esfuerzos de cambio de orientación sexual no experimentaron cambios en su atracción hacia el mismo sexo, e incluso estos resultados provienen de auto informes que no se pueden verificar. Además, estudios científicos han demostrado que los esfuerzos por cambiar la orientación sexual aumentan el riesgo de intentos de suicidio en un alarmante 92%. No existe una combinación comprobada de disciplinas espirituales o consejería para lograr el cambio. ¿Ocurren los milagros? A veces. Pero orar por un cambio con cualquier nivel de expectativa es peligroso.

Las probabilidades de que tus atracciones cambien aunque sea un poco son las mismas que la de ingresar a Harvard, convertirte en millonario o jugar béisbol en la escuela secundaria y eventualmente convertirte en profesional. ¿Sería sabio orar por esas cosas con expectativa? ¿Qué sucede cuando tu fe en Dios, tu creencia de que Dios es bueno o tu creencia de que Dios te ama depende de si ingresas a Harvard, te conviertes en millonario o cambia tu atracción hacia el mismo sexo? El daño frecuente de los programas para ex-gay supera los beneficios que pocos experimentan. Además, la búsqueda del cambio es innecesariamente arriesgada: los cristianos que experimentan atracción por el mismo sexo, no tienen que sentir atracción por el sexo opuesto para recién poder pertenecer a nuestras iglesias y crecer en su fe, si viven de acuerdo a la ética sexual tradicional. Así que basado en todo esto, les advertiría que tengan cuidado si es que buscan cambiar de atracción sexual. Es estar quebrantado, sí, pero no elegimos quién nos atrae, y no existe una fórmula para cambiarlo. Es mejor preguntarle a Dios cómo quiere Él redimir nuestras sexualidades rotas para nuestro bien y Su gloria.

 

7. ¿Dónde está Dios en todo esto?

Muchas personas homosexuales sentimos vergüenza ante Dios por nuestra sexualidad a una edad temprana. Luego tratamos de esconder nuestra sexualidad de Dios para que sintiéramos menos vergüenza. Luego, la Biblia y la oración fueron usadas como armas por los cristianos que intentaban enderezarnos. Y luego, cuando nos dimos cuenta de que no hicimos nada para lograr nuestra orientación sexual, no podíamos hacer nada para cambiarla, y Dios no respondió a nuestras súplicas para que la cambiara, nos enojamos con Dios por permitirnos ser gay y no aliviarnos de esta carga. Todo esto se combina para hacer que las personas homosexuales sientan que Dios está muy lejos. Quieren desesperadamente sentirse cerca de Dios, pero ya no saben cómo hacerlo. ¿Cómo podemos cuidar a las personas homosexuales en este espacio?

  1. Podemos asegurarles que Dios no está sorprendido y que Él los considera valiosos (Salmo 139). Asegúreles a las personas homosexuales que no tienen que volverse heterosexuales para que Dios los ame. Todos estamos rotos pero también podemos ser aceptados ante un Dios clemente y misericordioso que nunca nos abandonará.

  2. Invítelos a ser honestos consigo mismos y con Dios; Dios puede aguantarlo. Compartir honestamente con Dios cómo nos sentimos hacia Él es íntimo, incluso si nuestras emociones están fuera de lugar. Además, evitar las emociones hacia Dios que creemos que no debemos sentir, puede convertirse en una barrera para la intimidad con Dios.

  3. La vergüenza es el arma principal de Satanás en muchas experiencias que involucran el secreto y particularmente aquellas que son de naturaleza sexual. Responda a esta vergüenza ayudando a la persona a identificar y rechazar los mensajes vergonzosos que se dice a sí mismo y que escucha de los demás. Las personas pueden encontrar alivio de la vergüenza cuando comparten sus historias con otros.

  4. Traiga a Dios de nuevo en la conversación con cuidado. Es de suma importancia lograr el equilibrio adecuado entre fomentar una relación personal con Jesús, fomentar la lectura de la Biblia y la oración, y no hacer más daño o causar más vergüenza. Para algunas personas LGBT+, esto podría significar esperar pacientemente que el Espíritu Santo sane viejas heridas causadas por otros que usaron las Escrituras y la oración como armas. Para otros, puede significar encontrar formas no amenazantes de incluir la lectura de la Biblia y la oración en sus vidas.

    • Esto podría significar el uso de oraciones colectivas que se lean juntas en voz alta durante una reunión. Una persona LGBT+ puede sentirse desconectada de la oración privada, quizás porque le han asegurado innumerables veces que Dios la sanaría a través de la oración. Cuando no lo hizo, la oración se convirtió en un recordatorio de su incapacidad para orar lo suficiente o de la incapacidad de Dios para actuar. Las oraciones comunes en grupo puede ser una forma de que las personas LGBT+ participen en la oración de manera segura.

    • Esto podría significar evitar la música tipo “Dios es mi amigo”. Para alguien que ha estado convencido de que Dios está decepcionado o disgustado con él por algo que no puede controlar (su atracción sexual), Dios no es un amigo. Es más probable que se le perciba como un gigante enojado. En cambio, las iglesias pueden elegir música que se apoye en la teología o el lamento colectivo o la alabanza, en lugar de apelaciones impulsadas por las emociones.

    • Esto podría significar que Dios no “habla” a todos cuando leen las Escrituras y que no todos se beneficiarán de una “devoción personal” o un “tiempo de quietud”. Podemos aceptar que las Escrituras se usan también para aprender sobre el carácter de Dios y la forma en que Él quiere que vivamos. No todos encontrarán un significado personal en las Escrituras que se ajustó a sus circunstancias exactas y podrían alejarse del estudio de la Biblia sintiendo que no fueron “alimentados” o “llenos”. Ofrezca a estos cristianos otras formas de participar de+ las Escrituras y profundizar su comprensión del carácter de Dios que no depende de las emociones.

    Por supuesto, esperamos que la lectura de la Biblia y la oración eventualmente pierdan su capacidad de producir vergüenza. Queremos que los homosexuales piensen en Dios como un hermano amoroso y escuchen Su voz. Pero para muchas personas LGBT+, esa no es la realidad en este momento. Y puede que nunca lo sea. Así que podemos ponernos creativos con nuestros esfuerzos de discipulado.

 

8. ¿Me debo llamar a mí mismo, gay?

Particularmente en una conversación con LGBT+ no cristianos o cuando se encuentre por primera vez con cristianos LGBT+, elija copiar la terminología que ellos usan como un acto de hospitalidad. En lugar de dejar que el idioma sea una barrera temprana para la conversación, pregúnteles qué palabras usan para describirse a sí mismos, pregúnteles qué significan esas palabras para ellos y luego elija usar esas palabras con esas definiciones en la conversación. Esto no significa que esté afirmando su uso de esa palabra o esa definición. Más bien, está eligiéndolas como una deferencia en ese espacio para que pueda concentrarse en temas mucho más importantes.

La combinación de atracción, orientación, identidad y comportamiento muchas veces es una fuente de desacuerdo por el lenguaje. En su lugar, distinga entre los cuatro aspectos diferentes de la sexualidad. Distinga entre su atracción por el mismo sexo, orientación (atracción aparentemente fija y duradera por personas del mismo sexo), identidad (identificación cultural con otras personas que experimentan atracción por el mismo sexo y su experiencia cultural) y comportamiento (expresión característica de esa cultura, participar en relaciones románticas o sexuales entre personas del mismo sexo, etc.)

Luego, crea un espacio para que los cristianos usen la palabra “gay”. La realidad es que tanto la palabra “gay” como la frase “atracción por el mismo sexo” no son claras y llevan equipaje. No existe un término perfecto para ministrar a LGBT+ no cristianos, adolescentes homosexuales en su iglesia y guerreros de la cultura heterosexual en su iglesia. Yo elijo la palabra más efectiva con los adolescentes homosexuales y luego aclaro lo que quiero decir. ¿Por qué?

Los adolescentes homosexuales tienen cinco veces más probabilidades que sus compañeros de intentar suicidarse. Los jóvenes LGBT+ que son religiosos tienen un 38% más de probabilidades de intentar suicidarse que sus pares LGBT+ no religiosos. Los adolescentes homosexuales de familias que los rechazan mucho, tienen 8,4 veces más probabilidades de intentar suicidarse que sus pares LGBT+ de familias que no los rechazan. El 54% de los homosexuales que crecieron en la iglesia se han ido. Usar palabras como “gay” y “LGBT” es más efectivo con los adolescentes homosexuales.

Independientemente de lo mucho que intente proteger a sus hijos, estas son las palabras que escucharán que usan los amigos y los medios de comunicación para describir a las personas que experimentan atracción por el mismo sexo. Por lo tanto, si trata de comunicarse con los adolescentes sobre este tema utilizando solo la “atracción por el mismo sexo”, es probable que, en el mejor de los casos, sea confuso o irrelevante, o que lo vean como odioso en el peor de los casos. Si establece una dicotomía falsa de que un adolescente gay puede identificarse o como gay o ser cristiano, está agregando al evangelio, y Paul tiene palabras fuertes para aquellos que agregan al evangelio. Si obliga a los adolescentes homosexuales a usar términos que nadie en su generación usa en lugar de usar un lenguaje que es definitoriamente neutral, es mucho menos probable que sea efectivo. Si un adolescente que algún día se dará cuenta de que experimenta atracción por el mismo sexo crece escuchando a la mayoría del mundo nombrar esa experiencia como “ser gay”, pero usted solo usa “gay” de una manera despectiva que es mutuamente excluyente del amor de Dios, a predispuesto a ese adolescente para que adopte una ética sexual progresista, rechace a Dios por completo y/o contemple el suicidio.

Todos nosotros usamos algo más que la palabra “cristiano” para describirnos a nosotros mismos. Todos nosotros nos identificamos en torno a cosas que no continuarán en su totalidad en los Nuevos Cielos y la Nueva Tierra.

Creo que también es importante distinguir entre usar la palabra “gay” fenomenológicamente versus ontológicamente. Estoy usando “gay” fenomenológicamente, no ontológicamente. Cuando definimos algo fenomenológicamente, estamos nombrando algo basado en la experiencia de uno o lo que parece ser. En contraste, cuando preguntamos quién es ontológicamente una persona, estamos preguntando quiénes son innatamente, por diseño. Cuando uso la palabra “gay”, no estoy diciendo que yo o alguien más sea ontológicamente gay. No estoy diciendo que soy una persona fundamentalmente diferente o que Dios me diseñó para ser gay. Simplemente estoy notando que me atraen otras personas del mismo sexo, y usar la palabra “gay” es, en mi opinión, la mejor palabra para describir esa experiencia.

Por último, cuando uso la palabra “gay”, finalmente estoy aprovechando una oportunidad para compartir el evangelio. Digo: “Soy cristiano. Soy gay. Y estoy convencido de que Dios llama a todos los cristianos al celibato o al matrimonio cristiano con alguien del sexo opuesto, incluyéndome a mí”. Con esto, comunico que soy un hijo de Dios, ante todo. Jesús, y solo Jesús, se sienta en el trono de mi vida. Y siento atracción por el mismo sexo. Eso ha impactado significativamente mi viaje y cómo veo el mundo. Me ha conectado con otros que tienen experiencias similares. Y creo que tengo algo que ofrecer a la Iglesia particularmente por mis experiencias. Por esas razones me identifico como gay para identificarme con otros con experiencias similares. Uso la palabra “gay” para identificarme con la gente, no para identificarme con el pecado.

Para obtener más información, lea la serie de 4 partes de Pieter “¿Por qué usar la palabra gay?”.

 

9. ¿Qué hago con mi soledad?

Primero pregúntale: “¿Qué es lo que realmente necesitas? ¿Realmente necesitas algo sexual o romántico?”

“¿O necesitas a alguien con quien hablar, alguien que sepas que estarás en casa cuando llegues a casa, alguien con quien celebrar, alguien que te abrace cuando llores?” A menudo, cuando describimos lo que realmente necesitamos, rara vez es algo exclusivamente romántico, o sexual.

Seguidamente, normalice las necesidades de intimidad y la necesidad de estar con otras personas. Si Jesús, el autor y consumador de nuestra fe, necesitó que los ángeles lo atendieran en el desierto y rogó a Sus discípulos que se quedaran despiertos con Él y oraran con Él antes de que se lo llevaran, si nuestro Salvador era un ser humano con necesidades de intimidad, está bien que tengamos necesidades, es normal.

Luego reconozca que si no satisfacemos nuestras necesidades de intimidad de manera saludable, nuestra carne rota buscará alternativas insatisfactorias y destructivas. Por lo tanto, satisfacer proactivamente nuestras necesidades de intimidad de manera saludable es una parte importante del cuidado de nuestro templo. Como cristianos que rechazan el dualismo espíritu-cuerpo, debemos aceptar que cuidar nuestro cuerpo es tan importante como cuidar nuestra alma. Así que nuestras necesidades de intimidad no son algo que debamos ignorar, son algo que debemos satisfacer.

Luego, podemos señalar que las atracciones hacia personas del mismo sexo son necesidades insatisfechas de intimidad saludable entre personas del mismo sexo que han sido sexualizadas. Esto no significa que si cumplo con todas mis necesidades de intimidad hoy, no seré gay mañana. Pero he visto que cuando obtengo lo que realmente necesito (amistad saludable con otros hombres), mis deseos de algo romántico o sexual son más fáciles de descartar. Así que anime a aquellos a quienes discipula, a buscar relaciones saludables con amigos seguros. Mi vida mejoró cuando dejé de ignorar mi soledad y comencé a satisfacer mis necesidades de manera saludable con una profunda amistad. Y hasta el día de hoy, si estoy luchando con la lujuria, en lugar de avergonzarme, quiero que mi primera respuesta sea preguntarme si he estado satisfaciendo mis necesidades de intimidad de manera saludable (generalmente no lo he hecho). Creo que parte de esta pregunta no es solo: “¿Qué puedo hacer con mi soledad hoy?” Pero también, “¿Cómo evito sentirme solo a los 40, 50, etc.?” Para responder eso, pasemos a la última gran pregunta.

 

10. ¿Qué futuro puedo esperar?

Para las personas homosexuales como yo, que hemos estado administrando nuestra sexualidad de acuerdo con una ética sexual histórica durante algún tiempo, particularmente en el celibato, esta es nuestra mayor pregunta. Podemos abrirnos paso a duras penas a través del celibato durante un par de años, pero después de un tiempo, es agotador seguir una vocación con poco apoyo de nuestra iglesia, familia o amigos. Además, a medida que envejecemos, nuestros amigos se casan, tienen hijos y no tienen tiempo ni espacio para nosotros en sus vidas. Estamos cansados ​​de escuchar a los pastores decirnos: “Jesús puede ser todo lo que necesitas”, cuando esos pastores no viven esa vida. Esos pastores tienen un cónyuge e hijos para ir a casa todas las noches. Entonces, ¿qué futuro pueden esperar los cristianos homosexuales?

Todas las personas están llamadas a una vida de santificación y mayordomía sexual, ya sean homosexuales o heterosexuales. Un individuo no debe enfocar sus metas a largo plazo en eliminar la atracción hacia personas del mismo sexo. En cambio, podemos animar a aquellos a quienes servimos a que esperen comprender su atracción por el mismo sexo, manejar su tentación y encontrar la verdadera realización en la intimidad con Dios y Su familia y el trabajo significativo para redimir la Creación, oportunidades no menos disponibles para aquellos que experimentan atracción por el mismo sexo. La obediencia a las enseñanzas de Dios sobre la mayordomía sexual y la entrega de nuestro quebrantamiento a Dios traerá una bondad creciente en nuestras vidas (Jeremías 7:23).

En cuanto a nuestra vocación relacional, Dios invita a todos al celibato o matrimonio con alguien del sexo opuesto. En las iglesias que se han convertido en lugares donde las personas homosexuales pueden prosperar de acuerdo con una ética sexual histórica, tanto el matrimonio cristiano como el celibato son igualmente buenos y están disponibles para quienes experimentan atracción hacia personas del mismo sexo.

Pero ahí está el problema. Nunca he conocido una iglesia donde las personas homosexuales puedan prosperar, con un esfuerzo razonable, de acuerdo con la sabiduría de Dios para la mayordomía sexual. Si somos honestos, la mayoría de sus iglesias no son lugares que puedan ofrecer mucha esperanza a las personas homosexuales en este momento. La mejor manera de responder a esta pregunta es siendo honesto. Para la mayoría de ustedes, una respuesta honesta hacia ellos sería: “Desearía que este no fuera el caso, pero nuestra iglesia ha estado haciendo un mal trabajo al apoyar a las personas solteras y homosexuales durante décadas. Desearía poder prometerte que esto mejorará pronto, pero no puedo. La cruz que llevarás probablemente será más dolorosa que la de muchos de tus compañeros. Perdónanos. Se supone que el mundo no debe ser así. Nuestra iglesia no debe ser así. Así que personalmente te doy permiso para recordarme una y otra vez que las cosas deben ser diferentes y pronto”.

No tengas miedo de pedir perdón por los pecados de la Iglesia, confiesa esas fallas a nombre de la iglesia. No necesitas disculparte por tus creencias, pero puedes disculparte porque la Iglesia no ha hecho lo suficiente para ser un lugar donde las personas homosexuales puedan prosperar, con un esfuerzo razonable de acuerdo con una ética sexual histórica. Y finalmente, después de pedir perdón, afirma su necesidad de una familia íntima y comprometida. En última instancia, ellos quieren tener la esperanza de encontrar una familia. Dios nos ha creado a cada uno de nosotros para la familia. Sin embargo, la mayoría de las personas homosexuales han tenido dificultades para encontrarla. Ayúdalos a encontrar una familia.

 

¹ Arch Gen Psychiatry. 1991 Dec;48(12):1089-96. A genetic study of male sexual orientation. Bailey JM1, Pillard RC.

² Arch Gen Psychiatry. 1993 Mar;50(3):217-23. Heritable factors influence sexual orientation in women. Bailey JM1, Pillard RC, Neale MC, Agyei Y.

³ Archives of Sexual Behavior. June 1993, Volume 22, Issue 3, pp 187-206. Homosexual orientation in twins: A report on 61 pairs and three triplet sets. Frederick L. Whitam, Milton Diamond, & James Martin.

⁴ Genetic and environmental influences on sexual orientation and its correlates in an Australian twin sample. Bailey, J. Michael; Dunne, Michael P.; Martin, Nicholas G. Journal of Personality and Social Psychology, Vol 78(3), Mar 2000, 524-536.

⁵ Opposite-Sex Twins and Adolescent Same-Sex Attraction. Peter S. Bearman and Hannah Brückner. American Journal of Sociology. Vol. 107, No. 5 (March 2002), pp. 1179-1205. Published by: The University of Chicago Press.

 

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